REFLEXIONES SOBRE EL PERFIL DEL DOCENTE.-

Establecer el perfil de un docente es un tema de suma importancia al momento de hablar de calidad educativa, ya que el nivel de aprovechamiento de los alumnos va a depender, en gran medida, del tipo de maestro que enseña, toda vez que éste sea visto como el enlace entre los objetivos curriculares y los estudiantes, por tanto debe ser un profesional con la capacidad de orientar al educando hacia el logro de experiencias de aprendizajes duraderas y significativas, además de contribuir con su formación integral.

Debido a que la educación inicial y básica encierra una gran importancia para la formación académica y personal de un estudiante, en este artículo se presenta una descripción de lo que se entiende debe ser el conjunto de características que definen el perfil del docente, de los referidos niveles educativos.

Un docente debe ser un profesional con capacidad para conocer las necesidades y potencialidades de sus estudiantes, para que a través de sus prácticas pedagógicas pueda responder a estas necesidades y ofrecer la preparación necesaria para mejorar su calidad de vida, en un marco de atención a la diversidad, en el cual se fomenten valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad…, así como el fortalecimiento de la identidad cultural. Debe además propiciar el aprendizaje y cumplimiento de los derechos y deberes de los niños, educándolo en la dimensión familiar, escolar, comunitaria y de la sociedad en su conjunto.

El proyecto educativo debe se asumido y llevado a la práctica pedagógica con motivación, entusiasmo y un compromiso notorio, favoreciendo un clima de respeto y empatía entre él y sus alumnos .Las transformaciones sociales, culturales y económicas, deben ser vistas como oportunidades para la innovación y la creatividad.

Las nuevas propuestas pedagógicas debe ser conocidas y aceptadas con receptividad por los docentes y verlas como oportunidades para el crecimiento profesional, siempre que esta estén en consonancia con nuestra realidad social, cultural y económica y no entran en contradicción con las políticas educativas ya planteadas. De no ser así debe el docente, debe convertirse en un crítico de las mismas, pues no se trata de aceptar lo que venga de forma mecánica y acrítica, para esto debe preocuparse por su capacitación y actualización continua y permanente.